Un llamado lo puso en alerta. En medio de la tormenta que castigó anoche la ciudad, un auto había quedado atrapado por el agua justo debajo del puente Central Córdoba, en avenida Mate de Luna al 1.000. "Cuando vi el auto, se me puso la mente en blanco y pensé: 'tengo que llegar'. No dudé en tirarme para rescatarlos", le contó a LA GACETA el agente Ángel Medina, que presta servicios en la División de Patrulleros del 911.
En las últimas horas, las imágenes del rescate se viralizaron por las redes sociales y hoy, el día después, Medina siente que sólo cumplió con su deber.
Agente de la Policía de Tucumán desde hace 9 años, Medina lleva uno arriba de un patrullero de la División de Emergencias y en la noche del domingo prestaba servicios para la Comisaría 1° cuando, por radio, le avisaron de una emergencia. "La pareja estaba en shock y no sabía qué hacer. Cuando llegué, por la fuerza del agua, no podía abrir las puertas del auto (Gol Trend) y con ayuda de ellos logramos abrirla a tiempo. Primero salió ella, que no casi no hacía pie. Luego pude ayudarlo a él", explicó Medina, que los rescató ante la desesperada mirada de los vecinos, que tomaron las imágenes con un celular y las hicieron circular por las redes.
Aunque el puente Central Córdoba es una de las zonas más peligrosas de la ciudad para transitar durante una tormenta, la pareja compuesta por un jujeño y una bonaerense le reconoció a Medina que, por la cantidad de agua que caía en ese momento, no pudieron ver las señalizaciones. "Unos minutos después, me agradecieron que los haya rescatado. Estában asustados y no es para menos", explicó el agente, que luego debió completar su turno de trabajo hasta las 6. Eso sí, antes volvió a la sede policial para cambiarse de ropa.
"Es la primera vez que me toca intervenir en un caso así. Cuando volví a la patrulla recibí el llamado del secretario de Seguridad Ciudadana (Paul Hofer) y las felicitaciones de todos lados. Somos muy unidos con mis compañeros", comentó Medina, que admitió sentirse orgulloso y sorprendido por lo que hizo.
Sin tiempo para nada, Medina retomó su trabajo y unos minutos después recibió la llamada de su esposa, Elizabeth González, de 34 años, quien se había enterado del rescate por un video que le llegó a través de Whatsapp. "El abrazo y el llanto de mi señora fue hermoso, sobre todo, por ver el entusiasmo que tenía por volver a verme. Como decimos nosotros (los policías), tenemos un horario de entrada y no de salida y, muchas veces, no sabemos sí volvemos o no", reflexionó el agente que hoy salió del anonimato y, luego del asedio de los medios, podrá gozar de 48 horas de descanso.